Y se confirmó el resultado de todas las encuestas, el triunfo del nacionalista Ollanta Humala, pero sin el apoyo suficiente para acceder a la presidencia en esta primera vuelta.
La verdadera disputa electoral se da entre los que aparecen con posibilidades para acceder a la presidencia de la república, y ya están casi confirmados, Ollanta Humala de Gana Perú y Keiko Fujimori de Fuerza 2011 en la segunda ronda presidencial prevista para el 5 de junio.
Humala, el ex oficial del ejército de 48 años postulado por la agrupación Gana Perú, recoge la adhesión del 31 por ciento de los votantes.
En segundo lugar se ubica Fujimori, quien va de 21 a 24 por ciento de apoyo electoral en primera vuelta.
BREVE RESEÑA
Las posiciones de los candidatos a suplir al presidente Alan García, cuyo Partido Aprista Peruano extrañamente no presenta postulante, cambiaron dramáticamente casi cada semana en esta campaña para los comicios del domingo.
En un principio los sondeos daban ganador a Toledo, seguido del ex alcalde limeño Luis Castañeda.
A diferencia de Humala, con posturas consideradas de centroizquierda, las propuestas de la hija mayor de Alberto Fujimori (1990-2000) van, más allá de matices, de la centroderecha a la derecha propiamente.
Hay dos consideraciones: una es que hay un electorado peruano que no está contento con la situación actual o aspira a mayores logros, y es a ellos que se dirige Humala desde que se lanzó por primera vez a la presidencia, en 2006.
El líder nacionalista es el que ha planteado más propuestas sobre redistribución de la riqueza y de combate a la pobreza, a la par de qué habla de cambio, mientras que sus competidores recalcar su idea de continuidad de lo hecho por García.
La segunda consideración es que Humala desplegó una campaña electoral sostenida, como estrategia definida, con un propósito de posicionamiento y enganche muy claro. No perdió el tiempo en discusiones con otros candidatos, si no que se dedicó a plantear soluciones.
Ollanta Humala ha cambiado respecto de su postura en 2006, ha moderado mucho su discurso, a pesar que su actual programa de gobierno es tanto o más radical que entonces.
En el marco de una campaña electoral dura por la dispersión de adhesiones apareció la voz del escritor Mario Vargas Llosa, el último ganador del premio Nobel de Literatura y ex candidato presidencial en las elecciones de 1990, cuando perdió con un entonces casi desconocido Fujimori.
Vargas Llosa, ante una eventual segunda vuelta entre Humala y Fujimori, ratificó sus expresiones de 2009 de que sería como "elegir entre el sida y el cáncer".
Más que dos formas de autoritarismo, Humala y Fujimori son dos formas de no respetar las instituciones políticas. No es que ella sea autoritaria por el padre o que Humala sea autoritario por su formación castrense. Lo son porque sus propuestas debilitarían las instituciones democráticas, consideran gran parte de la población peruana.
Lo que ha beneficiado a Fujimori no es una espectacular campaña y un gran arraigo popular sino la lealtad de un núcleo duro de partidarios del padre, que no han cambiado su voto. El fujimorismo ha mantenido un porcentaje que oscila en 20 por ciento de adhesiones, que es mucho en un contexto de fragmentación del voto.
Es la única candidata que tiene una suerte de militancia que se ha desarrollado como ninguna otra en los últimos años. Ella es quien personalmente la dirige y conversa en directo con sus seguidores.
Keiko Fujimori dijo ante una multitud en abril de 2009 que no pararía "hasta lograr la libertad de Alberto Fujimori", condenado a 25 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos y actos de corrupción.
Pero ahora, en un afán de ganarse al electorado que la rechaza, matizó su propuesta de indultar a su padre en caso de llegar al gobierno.
Algunos analistas argumentan que Humala “representa las tesis obsoletas retrógradas, ha mostrado una actitud estatista y populista, que es la cancelación de la democracia y la libertad y es la corrida de la inversión privada”.
Pero reconocen que Ollanta Humala ha tenido una buena campaña presidencial pues viene trabajando desde el 2006 y sabe manejar sus estrategias políticas, lo que lo convierte en favorito en la segunda vuelta.
En conclusión, Humala representa a Velasco, un gobierno nacionalista, dictatorial, con un pésimo manejo de la economía, que nos llevará a la tumba; por el otro lado tenemos a Fujimori la cual representa a su padre, con un gobierno también dictatorial, nada transparente, con cientos de cortinas de humo las cuales tapaban todas las cochinadas que hacía y también bajo la sombra de un jefe de inteligencia y asesor totalmente corrupto e inescrupuloso el cual era Vladimiro Montesinos.
¿Quién representa el mal menor?
Volveremos.
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